Fura y Tena: El Corazón Mítico de las Esmeraldas Colombianas
En el místico Occidente de Boyacá, Colombia, donde la cordillera Andina abraza valles profundos y ríos caudalosos, se alzan dos imponentes montañas que no son solo formaciones geológicas, sino los eternos guardianes de una de las mayores riquezas del país: las esmeraldas. Hablamos de Fura y Tena, los protagonistas de una conmovedora leyenda Muisca que, más allá del tiempo, sigue narrando el origen divino de estas preciosas gemas.
La historia cuenta que Fura y Tena fueron una pareja inmortal, los únicos seres humanos creados por Are (el dios Muisca). Vivían en la plenitud del paraíso, con la única prohibición de no romper su fidelidad. Sin embargo, un forastero con ojos de serpiente, llamado Zarbi, sedujo a Fura, quien rompió su voto. Al enterarse de la traición, Tena, devastado, se quitó la vida. El arrepentimiento de Fura fue tan profundo que sus lágrimas inconsolables, al caer sobre la tierra, se transformaron en las más puras y verdes esmeraldas. Are, conmovido por su sufrimiento, los transformó en las montañas que hoy custodian la región, para que permanecieran juntos por la eternidad, y los bendijo para que Fura viviera para siempre, mostrando en sus canas el paso del tiempo, mientras Tena, con su juventud perpetua, la acompañaba.
Esta leyenda no es solo un hermoso relato ancestral; es la esencia de la identidad de una región que ha sido fuente de las esmeraldas más valiosas del mundo, como las que se extraen de las famosas minas de Muzo, Chivor y Coscuez. De hecho, las esmeraldas de mayor tamaño y pureza son a menudo bautizadas con los nombres de esta legendaria pareja, un tributo a su origen mítico y a la conexión profunda que las gemas tienen con la tierra y la cultura Muisca. Cada piedra verde extraída de estas montañas lleva consigo un fragmento de la pasión, el arrepentimiento y la eternidad de Fura y Tena.
Visitar el Occidente de Boyacá es sumergirse en un territorio donde la historia y la geología se entrelazan. Es una oportunidad única para conectar con la riqueza cultural precolombina, explorar paisajes de una belleza sobrecogedora y, quizás, sentir la magia de estas montañas milenarias. Más allá del brillo de las gemas, es la leyenda de Fura y Tena la que dota de alma al «corazón verde de Colombia», invitando a los viajeros a descubrir un legado inmaterial tan valioso como las propias esmeraldas. Para los amantes de la cultura, la historia y la naturaleza, este destino ofrece una experiencia inolvidable, donde cada rincón parece susurrar el eco de una promesa eterna y el origen de las gemas más deseadas.
[Fuente de la imagen destacada: Wikimedia Commons, a través de la página de Wikipedia sobre Fura y Tena]
